El futbol, un deporte que apasiona a
millones de personas en el mundo, mueve miles de corazones, acelera el ritmo
cardiaco de 22 jugadores en la cancha; 2 arcos y un balón; un balón que se
mueve por todo el campo de juego, que se vuelve simbólico para muchas personas,
donde con ese se puede gritar un gol con tanta emoción que hasta los enemigos o
las personas que no se conocen, se abrazan con tanta alegría que no importa el
estrato social, ni las diferencias que los separan.
Es este mismo futbol, el que no se ve
en Colombia, pues en nuestro país ahora lo que más importa es el comercio, el
dinero y la fama, y eso que también cabe resaltar la inseguridad en los
estadios, porque ya varios años atrás vemos como ha bajado la asistencia del
público. Ha dejado de ser un espectáculo familiar, para convertirse en un campo
de batalla con hinchas desadaptados, y sé que muchos se preguntaran el ¿Por
qué?... La cuestión que nos invade a muchos y donde personalmente me he puesto
a la tarea de indagar más a fondo, llegando a la conclusión en una sola frase “El
futuro del futbol está en el pasado” Ángel Cappa (Director técnico).
Pues el verdadero “futbol del pasado”
lo vemos en los países europeos, porque aquí específicamente en Colombia se ha
perdido el sentido de pertenencia, la dedicación y la pasión por el deporte. En
Colombia lo que vemos es un futbol aburrido, lento, soso, mediocre, los
jugadores están más interesados en ganar buenos sueldos y premios, que en jugar
un futbol de altura, no tienen profesionalismo. Este futbol es de momentos,
donde hay buenas individualidades que aprovechan su momento para salir al extranjero
y surgir como futbolistas, porque si se quedan aquí no podrían surgir como lo
hacen en Europa, y la dirigencia al parecer es lo que le conviene, solo ver
tribunas llenas en la final de la liga. Hay que hacer un alto en el camino, y
tener sentido común para sentarse a ver qué es lo que le falta al futbol
colombiano para que las tribunas no estén vacías, porque como dijo un gran
escritor “Un estadio de futbol vacío, es un esqueleto de multitud” (Mario
Benedetti). Y es que nuestro futbol profesional colombiano carece de emoción,
carece del pasado y esto se ve reflejado en la pobre asistencia a los estadios,
pero… ¿a qué me refiero con el pasado?, con esto me refiero a la técnica, la
táctica, el dominio del balón, el toque, la seguridad, los movimientos
colectivos, la solidaridad con los compañeros, los pases precisos, el
profesionalismo, el espectáculo, la transparencia administrativa. Ahí está la
belleza del juego y es ahí donde se debe buscar. Pues la idea es despertar la
conciencia adormecida del futbol, que ha estado atrofiado desde hace años por
la ambición y la mediocridad, donde la solución y lo primero que se debe hacer
es poner al jugador a disfrutar el juego lo que permite que este rinda más, que
además de la preparación física, este la preparación mental, donde el
futbolista tome conciencia de lo que hace y para que lo hace, teniendo
profesionalismo, sentido de pertenencia, ame y disfrute del juego. Hacerle
crear estrategias, para que así ya pueda manejar lo físico, técnico y táctico;
de manera sabia. Jugando así de manera colectiva, donde sea un juego que atrape
al público, que lo haga vibrar y crear emociones, donde todos los futbolistas
entrenen a uno o dos toques para que vayan descubriendo los espacios que tienen
que ocupar para poder recibir, por lo tanto todos participan y trabajan por conseguir
la elaboración del juego cuando se tiene la pelota, y así llegar al gol, obteniendo
un funcionamiento colectivo, pero todos sabiendo cuál es su misión, y con el
conductor que marque el ritmo de juego, donde el que la tiene siempre tenga dos
o tres opciones de pase, en cualquier lugar de la cancha, pues un equipo que
quiera jugar al buen futbol tiene que desordenarse para atacar, ocupando los
espacios con suma inteligencia, sin ir al mismo lado. El futbol hay que
crearlo, pensarlo y sentirlo.
En conclusión en Colombia se debe
invertir en unas buenas divisiones menores que nos permitan hacer buenas
selecciones sub 17 y sub 20 para que nuestros jugadores jóvenes crezcan con una
buena competencia internacional, pues a estos futbolistas hay que crearlos en
cantidad y calidad. Así mismo en la medida en que los equipos se refuercen con
jugadores que enganchen al hincha a que se motive a asistir al estadio, sin
miedo y con expectativas de buen futbol. Pues lo que se quiere es un ambiente
futbolero, lleno de hinchas emocionados y nerviosos de ver espectáculos en los
estadios colombianos. Pues recuerden que correr, no es más importante que
jugar, que la pelota no se mancha, que se juega por pasión a la institución y
camiseta y que “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos” (Alfredo Di
Stefano).
Redacción por Valeria Perez (@ValeeriaPerez)
Bueno el artículo
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